Sobre el uso del nombre y apellido en el Reino de España
En cuanto al nombre, (actualmente se le llama pronombre o nombre de pila, por el nombre elegido en la pila bautismal) es claro que se utilizaba para individualizar a una persona en medio de la sociedad, el uso del apellido, que es mucho posterior, (proviene del latín appellitare, invocar, llamar repetidamente) fue el medio para identificarlo como parte de un grupo determinado dentro de la sociedad. En España el uso del apellido, comenzó hacia el siglo IX, en donde se empezó a utilizar el nombre del padre para indicar que ese individuo pertenecía además a una familia, esta costumbre de usar apellidos, fue quizá heredada de los árabes (ibn) o hebreos (ben) que se pueden traducir como "hijo de". se usaba el patronímico, es decir el nombre del padre, al que se le agregaba por lo general la terminación az, ez, iz, oz, uz, según la conveniencia, aunque podían existir otras formas. Se usó con variantes que incluyeron para el apellido, también el uso del lugar de nacimiento (de Castro), la profesión (Tejedor), o tal vez algún rasgo físico (Calvo), se fue extendiendo desde las clases pudientes a los más humildes y para el siglo XI en el Reino de España ya era común el uso del nombre y apellido. Así, un Sr Juan, hijo de un Sr Rodrigo, pasaba a ser Juan Rodríguez, y si era nacido en el la ciudad de Córdoba podía terminar llamándose Juan Rodriguez de Córdoba. No es extraño encontrar apellidos provenientes de algún nombre árabe o hebreo castellanizado. En el caso de mi familia, los Medina, el apellido viene de la castellanización de la palabra Medinat de raíz árabe y hebrea que significa ciudad. Entre los apellidos de origen arabe podemos mencionar Albarracin, Benegas, Buendia, Cortez, Castillo, Garcia, Herrera, Martinez, Mendoza, Morales, Palacios, Perez o Torres por nombrar algunos. Por el lado de los de origen hebreo: Acevedo, Acosta, Alarcon, Alvarez, Bravo, Delgado, Diaz, Espinoza, Fernandez, Flores, Hernandez, Heredia, Jimenez, Juarez, Leal, Ramirez, Vargas, entre muchos otros. Tambien se debe tener en cuenta los apellidos de raiz visigoda o romana que quedaron en España, por ejemplo Rodriguez, hijo de Rodrigo que a su vez viene de Hrod (gloria) y Reiks (poderoso) o Suarez, hijo de Suero que a su vez viene de Sughari (sur y Hari (ejercito)) ejericito del sur.
Hacia el siglo XIV los apellidos dejan de cambiar de generación en generación y pasan a ser fijos para la familia
En la República Argentina el uso del nombre y apellido esta regulado por el Codigo Civil y Comercial de la Nacion
Capitulo 4 - Nombre
Articulo 62.- Derecho y deber. La persona humana tiene el derecho y el deber de usar el prenombre y el apellido que le corresponden.
Articulo 63.- Reglas concernientes al prenombre. La elección del prenombre está sujeta a las reglas siguientes:
a) corresponde a los padres o a las personas a quienes ellos den su autorización para tal fin; a falta o impedimento de uno de los padres, corresponde la elección o dar la autorización al otro; en defecto de todos, debe hacerse por los guardadores, el Ministerio Público o el funcionario del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas;
b) no pueden inscribirse más de tres prenombres, apellidos como prenombres, primeros prenombres idénticos a primeros prenombres de hermanos vivos; tampoco pueden inscribirse prenombres extravagantes;
c) pueden inscribirse nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas.
Articulo 64.- Apellido de los hijos. El hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de los cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se determina por sorteo realizado en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. A pedido de los padres, o del interesado con edad y madurez suficiente, se puede agregar el apellido del otro.
Todos los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integración compuesta que se haya decidido para el primero de los hijos.
El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido de ese progenitor. Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se aplica el primer párrafo de este artículo. Si la segunda filiación se determina después, los padres acuerdan el orden; a falta de acuerdo, el juez dispone el orden de los apellidos, según el interés superior del niño.
Articulo 65.- Apellido de persona menor de edad sin filiación determinada. La persona menor de edad sin filiación determinada debe ser anotada por el oficial del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas con el apellido que está usando, o en su defecto, con un apellido común.
Articulo 66.- Casos especiales. La persona con edad y grado de madurez suficiente que carezca de apellido inscripto puede pedir la inscripción del que está usando.
Articulo 67.- Cónyuges. Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposición “de” o sin ella.
La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a conservarlo.
El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras no contraiga nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial.
Articulo 68.- Nombre del hijo adoptivo. El nombre del hijo adoptivo se rige por lo dispuesto en el Capítulo 5, Título VI del Libro Segundo de este Código.
Articulo 69.- Cambio de nombre. El cambio de prenombre o apellido sólo procede si existen justos motivos a criterio del juez.
Se considera justo motivo, de acuerdo a las particularidades del caso, entre otros, a:
a) el seudónimo, cuando hubiese adquirido notoriedad;
b) la raigambre cultural, étnica o religiosa;
c) la afectación de la personalidad de la persona interesada, cualquiera sea su causa, siempre que se encuentre acreditada.
Se consideran justos motivos, y no requieren intervención judicial, el cambio de prenombre por razón de identidad de género y el cambio de prenombre y apellido por haber sido víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o alteración o supresión del estado civil o de la identidad.
Articulo 70.- Proceso. Todos los cambios de prenombre o apellido deben tramitar por el proceso más abreviado que prevea la ley local, con intervención del Ministerio Público. El pedido debe publicarse en el diario oficial una vez por mes, en el lapso de dos meses. Puede formularse oposición dentro de los quince días hábiles contados desde la última publicación. Debe requerirse información sobre medidas precautorias existentes respecto del interesado. La sentencia es oponible a terceros desde su inscripción en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. Deben rectificarse todas las partidas, títulos y asientos registrales que sean necesarios.
Articulo 71.- Acciones de protección del nombre. Puede ejercer acciones en defensa de su nombre:
a) aquel a quien le es desconocido el uso de su nombre, para que le sea reconocido y se prohíba toda futura impugnación por quien lo niega; se debe ordenar la publicación de la sentencia a costa del demandado;
b) aquel cuyo nombre es indebidamente usado por otro, para que cese en ese uso;
c) aquel cuyo nombre es usado para la designación de cosas o personajes de fantasía, si ello le causa perjuicio material o moral, para que cese el uso.
En todos los casos puede demandarse la reparación de los daños y el juez puede disponer la publicación de la sentencia.
Las acciones pueden ser ejercidas exclusivamente por el interesado; si ha fallecido, por sus descendientes, cónyuge o conviviente, y a falta de éstos, por los ascendientes o hermanos.
Articulo 72.- Seudónimo. El seudónimo notorio goza de la tutela del nombre.